Estos son los materiales que utilizamos.
Echamos unos palillos en el agua y los acomodamos de manera de que estuvieran todos juntos. Cuando echamos una gotita de jabón líquido, los palillos se esparcieron rápido en todo el recipiente. Esto ocurrió porque al principio las moléculas de agua están enlazadas y forman una "piel" llamada tensión superficial, lo que ayuda a mantener los palillos juntos. El jabón líquido rompe estos enlaces, por eso se mueven libremente por todo el recipiente.
En este vaso de precipitado preparamos una columna de densidades en este orden (de abajo para arriba): caramelo líquido, miel de abeja, agua, alcohol (rojo), aceite de girasol, aceite de oliva. Los líquidos con mayor densidad tienden a quedar abajo de los que tienen menor densidad.
Colocamos un popote flexible en una botella llena de agua. Cuando soplábamos la botella, el agua subía por el popote y salía disparada hacia un vaso.
Llenamos un vaso con agua, colocamos una tarjeta y cuando pusimos la moneda, su peso no hizo que se cayera la tarjeta, sino que se mantuvieron ahí. La tarjeta se adhiere a la tensión superficial del agua, por eso el peso de la moneda no es suficiente para tirar la tarjeta.
En la parte de abajo de un bote, echamos un poco de agua. Sobre el agua colocamos una servilleta y una bolita de plastilina que sostenía un cerillo. Encendimos el cerillo y colocamos un vaso encima. Cuando este se apagó, pudimos levantar el bote.
Llenamos un vaso de Erlenmeyer con agua, colocamos una carta encima y cuando volteamos el vaso, el agua no cayó. Esto sucede porque la presión atmosférica es mayor que el peso del agua, por eso se mantiene dentro del vaso.
Este experimento sigue el principio de Arquímedes: todo cuerpo sumergido total o parcialmente en un líquido experimentará una fuerza de empuje hacia arriba, que es igual al peso del volumen del líquido que desaloja.
Echamos una bolita de plastilina en un vaso con agua y se hundió en seguida.
Cuando moldeamos la misma bolita de plastilina para darle una forma más extendida, si flotó. Esto ocurre porque cuando el objeto desplaza más agua, la fuerza de empuje del agua es mayor, por eso flota. Cuando era una bola, a pesar de que tenía la misma masa, no desplazaba tanta agua. La fuerza de empuje no era lo suficientemente fuerte, así que se hundía.
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