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Johann Hari comienza su plática diciendo que en su familia había adicción a las drogas, sobre todo la cocaína. Ya se cumplieron 100 años desde que el gobierno estadounidense penalizó el uso de drogas. Después de mucha investigación y un viaje largo, Hari se dio cuenta de que esta forma de combatir el uso de drogas solo empeoraba el problema.
Todos saben que las drogas tienen componentes que hacen que después de consumirlas te conviertas en un adicto. Un doctor realizó un experimento en donde ponía a una rata en una jaula con agua normal y agua con cocaína. La rata siempre escogía el agua con cocaína aunque después terminara matándola. Después decidió hacer una jaula con muchos túneles, más ratas, jueguetes, entre otras cosas y pusó las mismas aguas. Las ratas siempre tomaban el agua pura.
Esto, aunque las ratas son diferentes a los humanos, pudieron vincularlo con los drogadictos después de la Guerra de Vietnam. Después de la guerra, la mayoría de las personas eran adictas, pero cuando todo mejoró, muchas personas decidieron dejar de consumir drogas solo porque quisieron.
Ambos experimentos revelaron que las personas que son adictas no lo son precisamente por los componentes de las drogas, sino porque cada adicto vive en una jaula emocional todo el tiempo. Cuando estás rodeado de personas que te aman, te diviertes y ríes, eres una persona más sana.
El primer lugar en cambiar su método fue Portugal en Europa. Por muchos años, la mayoría de la gente consumía drogas, hasta que el gobierno decidió llamar a un grupo de doctores y científicos para que vieran cuál era el verdadero detonante de esta adicción. Decidieron que debían legalizar todas las drogas, desde cannabis hasta crack, pero que todo el dinero que se invertía en castigar a los drogadictos se invirtiera en ayudarlos a conectarse con su comunidad de nuevo. Pusieron centros de rehabilitación, invirtieron en pequeñas empresas para que todos tuvieran más empleos y más razones para levantarse y salir de sus casas o sus "jaulas" todos los días. El cambio fue muy bueno.
Como él dijo al final, lo contrario de adicción no es sobriedad, sino conexión.
Esta plática te permite ver ese mundo de personas adictas de otra manera. Ya no las ves como personas enfermas sino como personas que necesitan amor, compañía, apoyo y risas. Es más fácil brindar ayuda emocional que médica, y si se trata de tus familiares o amigos cercanos más. Vivimos en una sociedad que nos hace pensar que tener muchos seguidores en Twitter o amigos en Facebook es estar acompañado, pero la verdad es que es un grupo muy reducido de personas que realmente se preocupan por ti. Tomando en cuenta eso, podemos esforzarnos para que poco a poco nos ayudemos a ser personas más felices.
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